Capacitar en género a la policía: ¿Acción de fondo o paliativo simbólico?

El Instituto Municipal de la Mujer de Aguascalientes (IMMA) anunció que impartirá un curso-taller con perspectiva de género dirigido a 45 cadetes del Instituto Superior en Seguridad Pública, como parte de su formación inicial. La capacitación, que se desarrollará los días 16, 23 y 30 de mayo, busca fortalecer sus competencias en igualdad sustantiva, derechos humanos y prevención de la violencia contra las mujeres.

En el papel, la iniciativa representa un paso necesario y bien intencionado para profesionalizar a quienes pronto tendrán bajo su responsabilidad la seguridad de la ciudadanía. El equipo de Transversalización de la Perspectiva de Género y Proyectos del IMMA diseñó un programa participativo, adaptado a la realidad del entorno policial, que pretende dotar a los futuros agentes de herramientas para identificar y prevenir la violencia de género en sus distintas manifestaciones.

Desde una visión crítica, sin embargo, persiste la duda sobre la profundidad y eficacia real de este tipo de cursos. ¿Qué tanto puede transformarse la cultura institucional de las corporaciones policiacas —históricamente marcadas por prácticas patriarcales y actitudes machistas— con solo unas horas de capacitación? Especialistas coinciden en que, si no hay mecanismos claros de seguimiento y evaluación, estas acciones corren el riesgo de quedarse en discursos políticamente correctos y no traducirse en un cambio tangible en la actuación cotidiana de los cuerpos de seguridad.

No obstante, también es justo reconocer que iniciativas como esta siembran una semilla que, a largo plazo, podría rendir frutos. Brindar a los cadetes una formación con enfoque de derechos humanos y perspectiva de género puede marcar la diferencia en la atención de casos de violencia familiar, acoso, feminicidios y otras problemáticas que requieren un trato especializado y sensible.

Además, la transversalización de la perspectiva de género en la seguridad pública no solo beneficia a las mujeres, sino que contribuye a construir comunidades más justas e incluyentes, donde la autoridad se desempeñe con empatía y respeto hacia toda la población.

En definitiva, la capacitación impulsada por el IMMA es una acción positiva, pero debería formar parte de un esfuerzo mucho más amplio: protocolos claros, supervisión constante, sanción de malas prácticas y, sobre todo, voluntad institucional para erradicar la violencia y discriminación desde las propias corporaciones policiacas.

FOTOGRAFIA: CORTESIA DEL Instituto Municipal de la Mujer de Aguascalientes

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios