Con discursos centrados en la legalidad, el diálogo y la cultura cívica, autoridades municipales de Jesús María encabezadas por el alcalde César Medina realizaron un recorrido por las instalaciones de los nuevos juzgados cívicos, que pronto comenzarán operaciones. Sin embargo, detrás del entusiasmo oficial, esta iniciativa abre preguntas sobre su verdadero alcance y capacidad transformadora en la vida cotidiana de la ciudadanía.
El nuevo espacio, según el Ayuntamiento, responde al objetivo de implementar un modelo de Justicia Cívica que privilegie la conciliación por encima del castigo, e incluya medidas como el trabajo comunitario en lugar de sanciones económicas o arrestos. No obstante, no queda claro cómo se garantizará la imparcialidad, eficacia y transparencia en este modelo, ni qué mecanismos estarán disponibles para asegurar que los ciudadanos comprendan y confíen en este nuevo sistema.
Durante la supervisión, funcionarios visitaron áreas específicas como las salas de audiencia, espacios para conciliación, y celdas con condiciones diferenciadas para hombres, mujeres y adolescentes. Si bien se destacó el enfoque en derechos humanos, especialistas en justicia y organizaciones civiles han señalado en otros contextos que la infraestructura no basta si no hay un cambio profundo en la capacitación del personal, el seguimiento de los casos y la participación ciudadana.
El alcalde Medina insistió en que “no se trata solo de sancionar, sino de promover la corresponsabilidad social”, al tiempo que se subrayó que este modelo busca resolver conflictos vecinales antes de que escalen. Pero aún no se ha informado cómo se medirá el impacto real de estas acciones, ni si habrá evaluación externa que garantice su efectividad.
Jesús Antonio Muñoz, responsable del área de Justicia Cívica, defendió el uso del trabajo comunitario como medida alternativa, aunque reconoció que será el juez quien decidirá su aplicación. Este punto ha generado inquietudes entre ciudadanos y expertos, quienes advierten que sin lineamientos claros y criterios públicos de evaluación, el modelo podría caer en decisiones discrecionales o poco objetivas.
Aunque la iniciativa representa una oportunidad para innovar en la forma en que se atienden faltas administrativas menores, también deja en el aire varios retos: ¿Se contará con personal suficiente y capacitado? ¿Tendrá el ciudadano mecanismos de defensa efectivos? ¿Qué nivel de participación real tendrán las comunidades en estos procesos?
La instalación de los juzgados cívicos en Jesús María es, sin duda, un paso hacia la modernización institucional. Pero más allá de la infraestructura, el verdadero reto será que esta nueva justicia no se quede en lo simbólico o en lo administrativo, sino que logre transformar las relaciones sociales, fortalecer la confianza ciudadana y evitar convertirse en una ventanilla más sin impacto real en la convivencia diaria.
Fotografia: Cortesia de Municipio de Jesus Maria
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