La noche del pasado 7 de mayo, el Palenque de la Feria Nacional de San Marcos fue testigo de una de las presentaciones más esperadas del año. Junior H, el ícono del llamado "corridos tumbados" y autoproclamado "Sad Boy", se presentó ante un público entregado que no dejó de corear sus canciones, a pesar de los contratiempos.
Con más de mil asistentes reunidos en el recinto, el ambiente se tornó nostálgico y melancólico al ritmo de los temas que han encumbrado a Junior H como una figura clave del nuevo regional mexicano. Su estilo íntimo, que mezcla el dolor emocional con los sonidos tradicionales y urbanos, ha calado hondo en una generación que se identifica con sus letras y su autenticidad.
Aunque el concierto sufrió un retraso debido a complicaciones logísticas para montar el escenario, esto no mermó el ánimo del público, que esperó pacientemente la salida del artista. Pasada la media noche, el Sad Boy apareció entre luces y aplausos, iniciando una noche cargada de emociones y energía.
El clímax de la presentación llegó al final del show, cuando Junior H interpretó un corrido que fue parcialmente silenciado por el equipo de sonido. Según se reportó, esta acción respondió a la reciente normativa que prohíbe la reproducción de canciones que hagan apología al delito. Sin embargo, el silencio técnico no detuvo a sus seguidores, quienes continuaron cantando el tema a todo pulmón, mostrando su apoyo incondicional al artista.
Esta escena —el público cantando un corrido censurado, con Junior H visiblemente conmovido— reflejó el poder de su conexión con los fans y la tensión que existe actualmente entre la cultura popular y las políticas regulatorias del entretenimiento.
Junior H ha sabido construir una imagen que trasciende los géneros: es un "Sad Boy", sí, pero también es un ídolo para miles que encuentran en su música un refugio emocional. Su actuación en San Marcos no solo confirmó su popularidad, sino que consolidó su lugar como uno de los artistas más influyentes del momento en la escena mexicana contemporánea.
Fotografia: Cortesia de Abigail Loera
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