La noche del sábado 28 de junio se transformó en una verdadera celebración de la música romántica en el DIMO, donde el escenario fue testigo de la magia que solo los grandes pueden provocar. Pasteles Verdes, la agrupación peruana con más de cinco décadas de trayectoria, llenó el recinto de nostalgia, tradición y puro sentimiento.
Desde los primeros acordes, el público se dejó llevar por la energía y carisma de los músicos, quienes no solo interpretaron sus clásicos, sino que también entregaron el alma en cada canción. Temas como “Hipocresía”, “Recuerdos de una noche” y “Reloj” hicieron vibrar los corazones de quienes, entre coros y suspiros, revivieron momentos imborrables.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue sin duda cuando interpretaron “100 años”, un tema que logró unir generaciones bajo una misma emoción: el amor. Las luces tenues, los aplausos constantes y la conexión entre el grupo y su audiencia hicieron de esta velada algo más que un concierto, una experiencia profundamente cultural y afectiva.
Pasteles Verdes no dejaron de agradecer en ningún momento el cariño del público mexicano, que los ha acogido desde siempre como parte de su identidad musical. Y es que estas agrupaciones no solo interpretan canciones, cuentan historias, acompañan recuerdos y reafirman que el amor, a través de la música, sigue siendo un lenguaje universal.
En tiempos donde lo efímero muchas veces domina, noches como la del sábado nos recuerdan el valor de la tradición, la belleza de lo eterno y la importancia de seguir abrazando nuestras raíces sonoras. Porque cuando la música es verdadera, se vuelve inmortal.
Fotografía: Cortesia de Valeria Rios
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